jueves, 5 de septiembre de 2019

'Al despertador', un poema perezoso.

Una crítica al despertador. Poesía para vagos.

O quizás no solo para vagos. Este poema es una crítica al mayor asesino de sueños.

reloj-despertador-antiguo
A lo mejor no te lo parece, pero este señor es todo un sinvergüenza.

Al despertador (Las cinco y diez).

Parecería inocente,
tan tranquilo, en la repisa colocado.
Sin embargo, es asesino:
ahí donde lo ves va matando

un sueño mío cada día
¡Quién lo diría!
Y es que sus manecillas
enfundadas van en guantes blancos
con los que mi cuerpo roba cada día
de los brazos de Morfeo, ¡tan temprano!

¿Pero por qué, analógico amigo,
a mis penas no dejas remolonear?

¿Por qué a mi mar de lágrimas
las mandas tan pronto a faenar?

¿Por qué no más allá de las cinco
y diez dejarlas descansar?

¿Para qué todo eso de la puntualidad británica?
Sobretodo sabiendo que tú eres 'made in China'...
¡Que tú, amigo, de British... más bien nada!

Y pobrecitos tantos sueños
que en ese mar de lágrimas naufragan.
Tantas vidas, amores y cuentos
muriendo a las cinco.
Las cinco y diez de la mañana.

Sin que, encima, a este soñador le dé tiempo
a escribir con la pluma de su almohada
un final feliz con que acabar todos ellos.

Pero no, tu empeñado sigues en despertarme
con de tu campanilla el ruido siniestro
que no está hecho sino de los gritos
que, mientras se mueren, emiten mis sueños.

Darío Bejarano Paredes, o sea, Atoman, o sea, yo.



2 comentarios:


  1. Inocente despertador, solo cumple con su deber, para eso fue creado. felicidades Atoman, es muy bonito el poema.

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    1. Muchas gracias! Quizás lo mejor sería que al despertador le diese un poco de pereza sonar cada mañana. La misma pereza que nos da a nosotros hacerle caso a su ruidito molesto, jejeje.

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