Hoy, viajamos a una peculiar revolución que se desata de pronto... Otro microrrelato de terror con motivo de Halloween que no dejará indiferente a nadie.
Todo esto, en el aparentemente cosmopolita del Londres actual...
Queremos comer!
Las calles de la ciudad son más oscuras desde que aquella multitud armada entró en el Parlamento. Yo estaba allí. Jamás podré olvidarlo, por mucho que quiera. Solo yo logré escapar. ¿Por qué yo? No vale la pena preguntárselo. Las revoluciones suelen acabar por perder el control. Pero aquella era un descontrol desde el principio. Yo soy uno de los pocos que conoce sus motivos, y ojalá no los conociese. Todos, todos estamos acabados ya. Cada día es peor, cada día son más los asesinados y también los asesinos. Las avenidas anchas parecen los más estrechos callejones a pesar de estar más vacías. Ha legado un punto en el que creo que desde cada esquina alguien me espera para engrosar a mi costa la lista de muertes. Ahora mismo estoy en un callejón sin salida, rodeado por varios de esos monstruos. Para salvar mi vida me uní a ese grupo de devoradores de carne humana, pero eso no hizo que dejara de parecerles un plato apetitoso que hoy degustarán.
Atoman, el menda.
Aguantad vivos hasta el próximo microrrelato!
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