Durante todo ese tiempo, tuvo la sensación de que algo le perseguía, una sombra que iba detrás de él y nunca se alejaba. Incluso llegó a darse la vuelta en numerosas ocasiones y nunca vio nada fuera de lo común. Finalmente, algún extraño poder lo empujó por el balcón de su casa. Su consciencia lo había asesinado.
Atoman, que soy yo.
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Lo habían empujado. |
Otro espeluznante microrrelato de terror para Halloween. La inseguridad, el miedo, la muerte y sobre todo el poder terrible de la consciencia.
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Y recuerda... el día 31 mucho, mucho, mucho más terror.
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