'Cuando Holanda ya se fue', una poesía sobre lo que pasa cuando se acaba la Navidad.
Olvidarse del todo de los problemas durante las Fiestas y el peligro de la Navidad, el malvado Santa Claus y el consumismo.
Eso sí, antes de nada deciros que soy un poco hipócrita, lo reconozco: el año pasado escribí una Oda a la Navidad... Pero bueno, tampoco importa mucho, ¿no?
Cuando Holanda ya se fue.
Y es que la nieve llegapara tapar la oscuridad
con un blanco tan puro que ciega.
Y ese reflejo doloroso nos advierte ya
de que el visitante que llega
trae puñal bajo la chaqueta,
¡y se llama Navidad!
Pero tanto nos ha cegado el sol reflejado en el hielo
que sin mirar nos colgamos la sonrisa, ¡hala!
Entonces, es que ya nos hemos puesto las gafas
de sol del que no quiere ver lo acabará viniendo:
¡Que esa Navidad tan salada
llega solo para irse yendo!
En papel de regalo, tela roja y abetos
todos, toditos tapamos y envolvemos
lo más oscuro, oscurito del sentimiento.
¡Y no pensamos que ese paquetito envuelto
nos será descambiado el siete de enero!
Y dormimos envenenados, por la mordida
soñolienta, ¿pues sabían que ese muér-
dago no solo besa, sino también muer-
de tóxico, y nos infecta con su pasajera alegría?
¡Ah, esa ilusión, la Navidad
que tanto endulza cuando llega,
y más amarga cuando se va!
Darío Bejarano Paredes, o sea Atoman, o sea yo.
Hasta pronto! Nos vemos con más poemas y mucho más...
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